Camino a casa...creo

Al salir del karaoke camino sin rumbo fijo esperando encontrar algun lugar donde pasar la noche...miro alrededor y se dio cuenta que estaba...perdida.
-Otra vez...- se dio un golpe en la cabeza a si misma reprendiendose por no tener cuidado- Papa siempre me dijo que la ciudad es mucho mas peligrosa que el pueblo, pero yo la verdad lo veo igual, digo, no me a pasado nada...- apenas dijo eso cuando vio a unos hombres cerrandole el paso. Se detuvo en seco y al darse la vuelta se dio cuenta que todo ese tiempo la habian estado rodeando de a poco y ella no se habia dado cuenta.
Pero ahora que lo pensaba, aun que tuviera forma de correr, no tenia hacia donde dirigirse.
Cerro los ojos esperando lo peor y cuando los abrio los tenia nublados por las lagrimas de terror que amenazaban con caer de sus ojos, a lo lejos logro distinguir una sombra acercandose...¿seria otro de los matones?

-¡Oigan! ¡Déjenla ir!- Una voz autoritaria se escuchó al final de aquel oscuro lugar, los hombres voltearon a ver hacia aquella dirección y, con pasos fijos y seguros, se acercó la escena.

-¡Es un enano!- uno exclamó con burla.

-¡Un niño nos vino a dar ordenes! No me hagas reír.- Soltó otro.

Pero el menor no se intimido y terminó de pie junto a los hombres, jaló a uno con fuerza del brazo y lo obligó a quedar frente él, sus ojos azules mirando los oscuros del mayor. -¡Dije que la suelten!

Cuando escucho esa familiar voz, su rostro inmediatamente cambio a uno de sorpresa ¿Que hacia el enano alli? Vio como los bandalos se acercaban peligrosamente al rubio y grito arrojandose sobre uno de los hombres, temiendo que dañaran a un niño por su culpa...'En verdad solo es eso' pregunto su conciencia. Claro que era por eso ¿verdad?

Decidio pensar en eso mas tarde cuando impacto su cuerpo suave contra un musculoso hombre el cual muy apenas y se tambaleo un poco, para inmediatamente soltar un rugido de enojo y tomarla por su cabello rosado.
-¡Kyaaaa!- solto un chillido de dolor verdadero y tomo el brazo de su agresor desde el piso, tratando de alguna manera de zafarse.

-¡Oye, suéltala!- Gritó Len corriéndo contra el hombre y lanzándole un puñetazo directo a su rostro, mas ni la edad ni la estatura estaba a favor del rubio y los hombres rieron a su antojo. Esa noche se burlaron tanto de Len como de Luka, pero al final fueron dejados en paz...

El labio de Len estaba hinchado y sangraba ligeramente, por defender a Luka, había sufrido demasiados golpes y podía jurar que le costaba respirar.
-M-mierda.- Susurró llevandose una mano a su vientre y cerrando sus ojos con fuerza.

Se arrastro hacia Len, preocupada al ver como su compañero temblaba ligeramente agarrandose un costado, puso su mano en su espalda y este gimio ligeramente. Unas pequeñas lagrimas de frustracion comenzaron a salir por sus ojos cyan y sentida por no haberlo podido ayudar y tener la culpa de que el se metiera en eso por defenderla dijo en medio de sus lagrimas: -Vamos...busquemos el hospital...-

Rompio a llorar apenas termino la frase y su cuerpo se encogio en el acto -¡Perdoname! ¡Por favor perdoname Len! nun...nunca quise que...te pasara algo asi...hare lo que me pidas! ¡Pero por favor disculpame!

-No llores...- susurró el rubio sin mirarle tras comenzar a ponersede pie con ayuda de Luka, no sabía que más decirle, simplemente no quería que la chica llorara pues aquello siempre le había molestado. -Por... ahora no llores y llevame al hospital.

¿Por qué se había metido a defender a la chica? ¿Por qué se había sentido bien por hacerlo? ¿Por qué fue necesario?

Ambos comenzaron a caminar fuera de ese lugar oscuro.

*Continua en Hospital*